CRÓNICAS IRRESOLUTAS (X)


PENSIERI

Mi vida era un continuo desasosiego. Es lo único que puedo decir con certeza, aparte de que seguía siendo virgen, con lo que eso conlleva y repercute; que ahora que viene al caso, vaya palabra más fea esa de repercute, que bien podía haber puesto otra, pero bueno, lo hecho, hecho está, y no hay que darle más vueltas al asunto, que sino acabaré loca, si no lo estoy ya. Y yo me preguntaba por qué, qué era lo que había hecho yo para merecer semejante castigo. ¿Y lo de mi concha? Eso sí que... Es lo que pasa, que una cosa lleva a la otra, y la otra a la de más allá, y ahora me veía como me veía: desorientada y perdida, que viene a ser lo mismo. O aturdida, eso era lo que estaba, confundida y atontada, además de pasmada, todo hay que decirlo, y lo digo, que después no quiero confusiones. Y es que cada día me enteraba de algo nuevo, como lo de mi amiga Dilema, que me había dicho que le gustaba que le pegara. Y eso sí que no, que a mí me gustaba pegarle para hacerle daño, no para darle placer, lo que me hacía pensar si no era yo un poquito violenta o agresiva, que también viene a ser lo mismo, pero que no sea por falta de adjetivos, que para algo están, y yo estoy en el derecho de utilizarlos. Pero bueno, no es lo que importa ahora, y además, a nadie le incumbe si soy violenta o estoy loca, las cosas como son. Lo que importa es que estaba amaneciendo y no sabía qué hacer, si bajar a Jiracoleón City, o no. En eso estaba yo, como digo, mientras mi amiga Dilema dormía a cola suelta sobre una roca. En cambio yo no había dormido en toda la noche pensando en lo mejor que podíamos hacer, si bajar a la ciudad o permanecer escondidas entre la maleza de la montaña hasta encontrar la mejor solución, si es que la había, porque la verdad sea dicha, íbamos de mal en peor, y no podía permitirme el lujo de tomar una decisión equivocada, ni el lujo de permitirme el lujo de tomar la decisión equivocada, valga la redundancia, que por cierto, vaya palabra más pomposa esa de redundancia, que bien podía haber puesto plétora o profusión, aunque vaya palabras más feas, también.

(continuará...)

1 comentario:

Anónimo dijo...

Esta noche sueño con el ojo, seguro...
(o con la lengua de algún jiracoleón, que nunca se sabe...)