CRÓNICAS IRRESOLUTAS (IV)


¿QUIÉN HA DICHO QUE...?


Los jiracoleones somos seres tranquilos, entre otras cosas, porque somos lentos al desplazarnos, pero, ¿quién ha dicho que no tengamos nuestro genio? No hace mucho discutí horriblemente con las hermanas Incertidumbre: Duda y Aleatoria. No son malas, pero me sacan de mis casillas, porque, ¿quién ha dicho que los jiracoleones no se ponen nerviosos?

-¡Hola-holaaaa! -gritaron las hermanas muy alegres, mientras iban acercándose a mis dominios por el camino de sauces, una al lado de la otra, dejando tras de sí dos estelas paralelas de baba.

Yo, la verdad, no estaba para visitas, porque, ¿quién ha dicho que debo estar siempre dispuesta a recibir visitas? Disimulé, haciendo como que estaba muy ocupada con unos nidos de abejarucos, pero fue en vano, porque las hermanas Incertidumbre no dejaban de arrastrarse hacia mí.

-¡En tu andar-andar reluce la aceraaaa, al andar-andaaaaar! -cantaban, porque, ¿quién ha dicho que los jiracoleones no podamos cantar?

Yo, viéndome perdida, no tuve más remedio que saludarlas efusivamente, porque ¿quién ha dicho que yo no sea educada y sepa comportarme como es debido?

-¡Duda, Aleatoria! -grité como si acabara de descubrirlas-, pero, ¡cuánto tiempo! ¡Qué alegría! -mentí.

-Irresoluta, cariño, no mientas, que te conocemos de hace mucho -dijo Aleatoria.

-Es verdad, no te nos hagas, que ya sabemos cómo eres -remató su hermana Duda.

-Bueno, ¿qué queréis? -pregunté de malhumor, porque, ¿quién ha dicho que los jiracoleones no tengamos mal humor de vez en cuando?

-Venimos a despedirnos -dijo una de ellas, no recuerdo cuál, porque, ¿quién ha dicho que no pueda olvidarme de alguna cosa?

-¿A despediros?

-Sí, nos vamos a otro páramo -dijo Duda muy contenta.

-¿A otro páramo? -pregunté por preguntar, porque, ¿quién ha dicho que me interesa lo que pudieran decirme?

-Sí, a otro páramo mejor que este -me respondió Aleatoria.

-¿Qué tiene de malo este? -volví a preguntar, porque, ¿quién ha dicho que no pueda volver a preguntar?

-No nos gusta -dijo Aleatoria-. Se está llenando de cronopios y de famas -siguió hablando su hermana Duda-. Es más, últimamente hemos podido ver algún jaberwocky que otro, y tenemos que velar por nuestros hijos, nos da miedo lo que nos pueda pasar -retomó, otra vez la palabra Aleatoria.

-Los cronopios se pasan el día bailando, y los famas son medio tontos... -dije-, ¿o era al revés? -pensé-, y los jaberwockys hace años que se instalaron y nunca nos han causado ningún problema, que yo sepa, al menos -comenté, porque, ¿quién ha dicho que yo lo sepa todo?

-Claro, tú vives sola y estas cosas no te preocupan -dijo Duda.

-Y no tienes hijos a los que cuidar -soltó Aleatoria, iniciando así, entre las dos, un dialogo recriminatorio, en el cual yo era el punto de mira, la diana, de sus palabras envenenadas.

-Y eso que estás en edad de tenerlos.

-Pues sí, hija. Yo no sé...

-No sé que esperas.

-Cualquier día se te reventará la concha.

-Porque, ¿qué edad tienes ya?

-Ay, Duda, que esas cosas no se preguntan.

-Es que eres es tan así...

-Es verdad, Irresoluta: eres tan así...

-Es que se te va a pasar el tiempo.

-O a lo mejor ya se te ha pasado.

-No, porque se le hubiera reventado el carey.

-Quizá haya roto todas las estadísticas.

-Puede ser, porque las estadísticas son las estadísticas...

¿Quién ha dicho que yo fuera a soportar por más tiempo a aquellas dos petardas? En el momento que oí la palabra estadística, la concha casi se me resquebraja, y no pude seguir escuchando más.

-¡Callaos las dos ahora mismo, hijas de puta!

-¡Irresoluta, esas no son maneras!

-¡Qué vulgar!

-¡Toma! -le di un lengüetazo a Duda en toda la cara.

-¡Ay! -se quejó.

-¡Y toma tú también! -di otro lengüetazo a su hermana Aleatoria.

-¡Ay! -se quejó igualmente.

-¡Y ahora os vais por donde habéis venido!

-Pero... -dijo una.

-¡Largo!

-Pero... -dijo la otra.

-¡Fuera de aquí, so petardas! -gritaba yo, mientras las empujaba con la cola hacia fuera...

(continuará...)

1 comentario:

Anónimo dijo...

¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡.........!!!!!!!!!!