EL CUENTO PERFECTO


Si escribo, tiendo lo que escribo y dejo que el aire decida lo demás, pensaba Strawberry en la cama. Normalmente, el aire altera todo lo que escribo, se dijo. Si escribiera aquel sueño, quizás el de otro; no, mejor el mío, aquel que tengo marcado en el recuerdo... Hacía ya algún tiempo que un sueño le rondaba por la cabeza y Strawberry quería escribirlo. Era un sueño de medusas que corrían por el marco de la puerta de su dormitorio. Si lo escribo, debiera sumergirlo en agua destilada, que siempre es mejor que el agua mineral, pues constantemente quedan restos, para que fuese un sueño verdadero y puro, para que se diluya la tinta en el pocillo de arcilla, pues lo haría de forma artesanal, con cariño, con cuidado, con el corazón, igual que el sueño en las lagunas de mi cerebro castigado; sí, si lo escribo, pensaba Strawberry todavía en la cama, sin la menor intención de levantarse y escribirlo. Debiera hacerlo... Si escrito estuviera el sueño, o sea, en un papel marcado, cogería el mechero para quemar las puntas del papel escrito. El sueño en llamas, pensó Strawberry. Las llamas serían pequeñas; serían llamitas... Y se juntarían. Poco a poco, las llamitas se juntarían e irían creciendo, mientras muevo los dedos; despego uno, después el otro, alternativamente, y jugaría a no quemarme mientras las medusas corren despavoridas hacia la nada… Si escribo el sueño, entierro lo escrito en un cajón con la esperanza de que no lo encuentre yo cuando consuma ese poco de tiempo que tenga para descubrirlo. Podré decir que era un cuento maravilloso. Era maravilloso, diría a mis amigos, pues unas medusas semitransparentes recorrían el marco de la puerta de mi habitación. Un cuento cuento, de los de verdad, creedme. Un cuento perfecto… El sueño, a cada instante, renace y muere. Nadie lo contempla. Sólo yo, pensaba. Y qué delicia verlo ir y venir borrándose, del modo en que a veces uno se esfuma con un cigarrillo en la boca, acodado en la barandilla de un balcón, el mío, pensó Strawberry, el de un quinto piso que es sétimo o séptimo, ya no sé, se dijo, o por qué no, mi sueño proyectado en un papel fotográfico, para que luego se rebele y se revele, si quiere, si yo quiero, siguió pensando. Yo decido, pensaba Strawberry mientras se daba media vuelta para seguir durmiendo, yo decido. ¿Añadiré algo más al sueño, lo adornaré, le pondré florituras o lo dejaré así, desnudo, tal como es, en su sencillez, con su verdad y su mentira, con los tentáculos de las medusas recorriendo el marco de la puerta? Yo decido.

Strawberry tendía unas hojas de papel escrito en las cuerdas del tendedero. Qué voy a hacer, le dijo a su vecino de al lado cuando éste le preguntó qué hacía tendiendo unas hojas de papel en el tendal; ¿no ve? le dijo, no ve que estoy tendiendo unas hojas de papel, pensó. Es muy sencillo, continuó, pues realmente lo hago para que el aire altere lo que hay escrito en estas hojas, ¿sabe una cosa?, siguió Strawberry justificándose ante su vecino, apoyando la barriga en el borde de la barandilla mientras tendía las hojas desde el sétimo o séptimo piso, todo lo que escribo lo tiendo y en este caso era más necesario que nunca. ¿Que porqué? Pues porque hacía ya algún tiempo que quería escribir un cuento sobre un sueño que tuve hace ya muchos años y que nunca he podido quitarme de la cabeza. Un sueño sobre medusas y anémonas… Bueno, si quiere que le diga la verdad, seguía hablando Strawberry a su vecino, no había anémonas, sólo medusas que recorrían el marco de la puerta de mi habitación pero, fíjese usted que, aún sin querer hacerlo, resulta que al final he adornado un poco el cuento sobre mi sueño de medusas que recorren el marco de la puerta de mi habitación y he incluido alguna que otra anémona compañera que, ahora que me doy cuenta, son totalmente innecesarias. Por eso cuelgo las hojas en las cuerdas, para que el viento se lleve lo innecesario. No me mire con esa cara. Le sorprendería la de cosas que se lleva el aire. En este caso, quizás se lleve a las anémonas. Y a los peces abisales. Porque también he incluido unos cuantos peces de los fondos marinos, ¿sabe usted? No. No sabe, claro. No puede saberlo. Le hablo, decía Strawberry a su asombrado vecino, de cosas muy personales que a usted ni le van ni le vienen, pero le recuerdo que fue usted quien me preguntó. ¿Qué me diría usted si le dijera que otra de las cosas que hago con mis escritos es sumergirlos en agua destilada? Lo hago muchas veces. Lleno un pocillo de agua y sumerjo los papeles escritos. Es muy emocionante. Sólo queda lo que realmente importa; lo mismo que hace el viento, lo hace el agua. A veces, sabe usted, me pregunto si vale la pena escribir, no sé si me entiende… Cuando hay que ser drástico, acudo al fuego. Empecé ya de pequeño, pues me gustaba mucho hacer mapas antiguos con indicaciones tortuosas para llegar a un tesoro escondido, casi siempre por los piratas. Quemaba los bordes de la hoja con el mechero de mi padre y pasaba la llamita por debajo, haciendo círculos rápidos para que el papel se oscureciera y tomara el color típico de los pergaminos. Con el tiempo, fíjese usted, me di cuenta de que el fuego también borraba lo innecesario, lo superfluo, las tonterías, digamos, para que usted me entienda, decía Strawberry a su vecino mientras seguía tendiendo hojas en las cuerdas. Si yo, por ejemplo, siguió, cogiera estas hojas y las quemara, quién sabe lo que el azar quemaría y lo que no. Figúrese que desapareciera lo concerniente a las medusas que recorren el marco de la puerta de mi habitación, sí, hombre, las medusas de mi sueño, las que hay escritas en lo que estoy colgando. Pues eso, imagine que quedaran sólo las florituras, las anémonas y los peces abisales. Muchas veces, el fuego se equivoca, créame. Quién sabe si lo mejor es esconder lo que escribo en un cajón hasta que se me olvide que lo tengo escondido allí y, entonces, pueda decir a mis amigos que escribí un cuento maravilloso, perfecto. En este caso, podría decir que era un cuento sobre unas medusas que recorrían el marco de la puerta de mi habitación y que es una pena que no puedan leerlo, porque era un cuento muy, muy bonito y muy bien escrito, porque en el momento de escribirlo estaba muy, muy inspirado. ¿No cree que sería lo mejor, dígame, no lo cree…? También es posible proyectar un sueño en papel fotográfico, ¿sabe? No crea que no lo haya hecho con este, el de las medusas, pero es que me quedó muy simple, muy así, ¿sabe?, como muy pobre, con solamente unas medusas recorriendo el marco de la puerta de mi habitación, sin anémonas ni peces abisales, y uno a veces es pomposo, como usted sabrá… Es curioso, pensó Strawberry cuando estaba tendiendo la última hoja de su cuento sobre medusas que recorrían el marco de la puerta de su habitación, que esté hablando solo, como si hubiera un vecino aquí al lado que me escucha, es curioso, pensó; mucho... Bueno, ya está, terminé, dijo al colgar la última hoja sobre el tendal. Seguro que queda un cuento perfecto, pensó.

25 comentarios:

Efter dijo...

Es un cuento perfecto, no creo que las medusas se atrevan a abandonar el papel, secarse al aire y abandonar el sueño húmedo y salado, nunca.

Marga dijo...

Espero que al menos no te piquen las medusas, no sé yo si el cuento sería tan perfecto...

Besitos

pon dijo...

Qué aburrida, la perfección.

pon dijo...

Que digo que es rebonita y repreciosa la imagen de un tendal lleno de hojas escritas secándose y escurriendo medusas......

NEKI dijo...

lo innecesario ciertas veces se convierte en necesario para algunos otros. cuando el lector se compenetra en su lectura se convierte en agua destilada, en viento y tragicamente en fuego. amo los cuentos, desde chica, los leía y releía, siempre del mismo modo, siempre atenta a las mismas partes, las otras se las llevaba el viento y el cuento era perfecto.
nunca leí algo tan personal como los cuentos de strawberry, lo innecesario ya estaba limpio, y lo tortuoso que lleva al tesoro del cuento se encuentra oscurecido, como oculto... pero allí, necesariamente.
straw: he decidido no continuar con mi blog, pero siento la necesidad, antes de que se la lleve el viento quizas jaja!, de hacerte llegar mi admiracion por todo lo que escribiste en "de aquí a lima", creeme que jamas encontre algo parecido. desde ya que voy a a seguir leyendo desde donde sea tus cuentos maravillosos.
un abrazo muy afectuoso con todo lo que el agua destilada no se puede llevar. besos

Strawberry Roan dijo...

Efter:
Ya me gustaría a mí escribir el cuento perfecto, pero por desgracia, no existen cuentos así. Hay algunos cuentos que casi lo consiguen. Estoy pensando en alguno de Cortázar, Borges, Monterroso, Julio Ramón Ribeyro o Felisberto Hernández... Pero te prometo que lo seguiré intentando, aunque sea en sueños.

Un abrazo

Strawberry Roan dijo...

Marga:
Las medusas no me pican, juegan conmigo al escondite en las profundidades del océano.

Besos

Strawberry Roan dijo...

pon:
La perfección es aburrida sólo si está vacía de contenido. ¡Parece mentira que digas eso conociéndome, con lo perfecto e interesante que soy!

Ya prontito te doy un abrazo real

Strawberry Roan dijo...

Neki:
Me apena que hayas decidido no continuar con tu blog. Espero que sea porque quieres tú y no haya alguna otra razón para ello. Quizás vuelvas con el mismo blog o con otro; si fuera así, házmelo saber. Aquí serás siempre bien recibida y tienes tu sillón y la lámpara siempre encendida para que entres cuando quieras leerme.
Tus comentarios siempre son interesantes, no sé si te lo había dicho alguna vez. Como este último. Justo por lo que dices, mis cuentos nunca llegarán a ser perfectos, pero me encanta que te gusten.

Un beso enorme y nos vemos cuando quieras.

Juana Macías Moreno dijo...

Es una delicia leer tu cuento, las medusas son tan hermosas e imaginarlas recorriendo el marco de la puerta.. y el agua,el viento, el fuego..en una ocasión soñé: deseo lo que el viento no pueda llevarse.
Precioso.

Un beso y feliz año nuevo.

brokemac dijo...

Mejor al desnudo...
Los sueños si se envuelven demasiado se podrían asfixiar y hasta llegar a desaparecer.

Espero que el aire no se lleve los peces abisales (le había tomado cariño)

Un beso casi perfecto.

Anónimo dijo...

..Y Strawberry hablaba al vecino que no estaba porque (necesitaba) la compañía de quien no estaba.. (Perdona Straw vaya chorradina que me ha salido)

Yo sueño despierta con que desaparezca todo lo innecesario, que el viento se lo lleve allá donde pueda convertirse en la nada. Tocaría y acariciaría la superficie suave y esponjosa de las cosas, necesarias, que se quedaran conmigo, acariciaría todo incluso todo aquello intangible, sonreiría y descansaría.. Podría ser el estado más cercano a la felicidad.

Te ha quedado requetecojonudamente bien Straw.

@ELBLOGDERIPLEY dijo...

Pues es un cuento perfecto, ó casi perfecto, somniado ó soñado, desde un sétimo ó un séptimo (quién sabe, porque sin contar el entresuelo, sería un sexto)...A mi me ha recordado un cuento de Cornell Woolrich, también llamado Willliam Irish (son un poco así inquietantes, de suave terror misterioso)...
Bueno, cuidado con las amebas y todo eso, junto al marco de la puerta, que esos sueños son de comer marisco en Navidad (es broma):-) ¿No has puesto dos lavadoras aún? Mira que tender hojas..¿Y la ropa? (es una broma del mundo racional, tú ni caso):-)
Besotes.
Y Feliz todo y eso.

Marga dijo...

Pues hala, a seguir jugando.

Anónimo dijo...

Un abrazo perfecto y que el 2009 te atrape con todo lo bueno

CRISTINA dijo...

¡¡Feliz 2009!!

Seguiré este año leyéndote. Y alucinando con lo que escribes.

Un beso.

Anónimo dijo...

No es un cuento perfecto, es la perfección del cuento (hay una diferencia mínima sí, pero la hay) y te voy a decir porqué:

-Las medusas (enigmáticas y místicas como siempre)

-Escribir dentro de escribir.

-Y esa manera en que hablas de "Strawberry" como un tercero.

devezencuando dijo...

El señor de los caballos como siempre: elvolviendo sueños y palabras.


No sé si es el cuento perfecto pero sin duda me ha cautivado.

Anónimo dijo...

Te echo de menos...

/ dijo...

Excelente cuento, maravilloso!!!

Un abrazo.

Arquitecturibe dijo...

Jejejejeje
que curioso...
ultimamente pinto muchas medusas.... no se... hay algo magico en ellas uqe me llena....
en mis pinturas algunas parecen nubes, pero aun asi no dejan de ser meddusas..... hermosas.
besitos desde mi lejana galaxia y perdona la ausencia

Anónimo dijo...

No sé si podré perdonarte tanto silencio...

Anónimo dijo...

No sé yo tanta perfección.

brokemac dijo...

Straw, ha pasado ya mucho más tiempo del que se tardaría en ir "de aquí a Lima" y volver nadando sin poner "el dedo en la sien".
"El señor Morelli" cansado de existir, se ha vuelto para rebuscar en su tumba por si encuentra "el lado animal o el secreto de los niños naranja" mientras "...el señor Tzu" aún sigue con la duda de su simbiosis por si en realidad era hombre o mariposa en un mundo donde la "vida consuetudinaria" nos invita a mirar cada noche las estrellas del jardín aunque siempre sean las mismas.
Y tú sigues "colgado" y preguntando "¿jugamos?" con el "rojo" del atardecer como telón de fondo que oculta el "azul de metileno".
Mediante "la física y la cinética" nos hiciste creer que "Reptilia" existiría sólo como una invención fabulosa , pero se produjo un "acoplamiento perfecto" entre ella y "Gladis-35" cuya consecuencia fue una línea horizontal ente un paréntesis
( _______ ), -quizá el lugar más fácil para permanecer-.
De la tristeza que nos dejó "plumbum" nos llevaste al lugar donde los niños azules se gestan "entre lilas", y luego vimos el horror externo de "la ballena con joroba" hasta palpitar con cada latido suyo.
( Del "poético squash" no puedo decirte nada. Como si de un agujero negro en el universo se tratara, la fuerza de sus palabras me roba toda la posibilidad de coherencia en las mías)
Y luego "el monstruo" con sus mensajes en el cristal y la "dopamina" culpable de los múltiples desvaríos. Seres "duplicados" caminando juntos o separados hasta que aparece
la "vorágine" del cric cric antes de dejarnos todo perfecta y maravillosamente claro.

"Ahora ya está claro", escribiste "el cuento perfecto" y descansaste como si del séptimo día se tratara.
(¿Qué pasó con dios después de crear el mundo?...)

Lo peor es que veo las medusas hasta en al bañera de mi casa.

Anónimo dijo...

Menuda la que has armado brokemac.. por cierto maravilloso tu comentario.