DUPLICADOS


Hasta hace poco, lo increíble no era que se hubiesen separado sin la ayuda siquiera de un bisturí. Lo que más cuesta creer es la total inconsistencia de las leyes filosóficas y científicas sobre las casualidades o inocentes coincidencias. No podemos tomar a la ligera el hecho de que, mientras uno de ellos daba los buenos días a una señora de Connecticut, el otro hacía lo propio con otra de Singapur, en distinto idioma, eso sí, pero en el mismo momento, con los mismos gestos y con el mismo respeto. Irremediablemente, uno de los dos quedaba, por lo menos, como un idiota o un excéntrico ante la mirada atónita de una de las sorprendidas mujeres, dependiendo de la hora en la que fuera dicho el, por otra parte, amable saludo. Aunque, a medida que iba pasando el tiempo, esa diferencia horaria que perturbaba involuntariamente el ritmo de sus vidas iba haciéndose más y más corta, a la vez que más y más larga, pues nunca dejaron de separarse… Ahora, ya no. Han vuelto el uno al otro, no sé si me entienden…

Allí están, duplicados, sentados en una silla especial, unidos por no importa qué parte del cuerpo y por la telepatía incuestionable de los siameses, y que a ellos les gustaría que no existiera, pero existe. Son dos, son uno. Un cuerpo compartido, sin quererlo, sin pedirlo. Impuesto. Para siempre. Cada uno siente, sospecha lo que el otro piensa. Los órganos compartidos se encargan de ello sin discreción, reveladores de cualquier sentimiento físico o psíquico: un hormigueo en el estómago, un mal pensamiento, la sangre llenando las cavernas del sexo, una lágrima contenida.... Un corazón negro para dos cerebros torcidos. Dos cuerpos imantados a la fuerza. No se quieren; es terrible, pero nunca se quisieron. Se aborrecen, se odian. Les repugna su propio olor porque es el del otro. Los pensamientos corren a través de una onda electromagnética imaginaria, invisible y traicionera, de un cerebro a otro, rebotándoles amargamente la verdad del contrario, de una parte de sí mismos. No se hablan, sólo se transmiten la abominación que se sienten con una simple mirada o con una sonrisa forzada y llena de odio… En las vigilias, sobretodo, se reprochan el haber nacido, se recriminan la infelicidad de sus vidas, lloran de rabia, se autocompadecen, se ahogan en su propia angustia; todo esto, sin abrir la boca, sin hablar y llenos de rencor, de permanente aversión, mientras observan desde la cama los terroríficos amaneceres a través de la ventana, a la espera de otro día estéril, lleno de despechos y malos humores, en el que ni siquiera se confesarán sus penas, las de cada uno, por el simple hecho de querer hacer sufrir al otro. Implacables, despiadados, severos.

Tuvieron la oportunidad de arreglar sus vidas aquella vez que siguieron caminos separados, el día que decidieron distanciarse mental y físicamente. Quién sabe si no fue en sueños la libertad que sintieron. Quién sabe si alguna vez estuvieron realmente separados, libres… Qué más da; vuelven a estar unidos, allí, en una silla bipersonal, la misma que siempre habían compartido a la fuerza por años y años, y que seguirán compartiendo, duplicados, pegados para siempre, sin poder salir de la maraña que enturbia e impide que un simple buen pensamiento salga de sus cerebros enfermos... Puede que sólo fuera imaginada la historia que me contaron unos borrachos, enfermo yo también de alcohol, ingenuo y crédulo ante semejante historia, como un mal dios con visión duplicada, igual que la misma historia de pares y simetrías siniestras que mis oídos oían aquella tarde extraña.

Me dijeron que quisieron separarse porque ya no podían aguantarse el uno al otro. Eso, lo creo. Fue una mañana de invierno, en pleno mes de enero, según parece, cuando pensaron que era el momento oportuno. Despertaron a la vez y cada uno saltó de la cama por un lado diferente. Así, sin más… Salieron a la calle, desierta, y caminaron en direcciones diametralmente opuestas bajo los perfectos copos de nieve que caían en aquel momento, callados, tiernos, perecederos… Expandían con total soltura la alegría de poder estar separados, el anhelo de echar por tierra las imperfecciones médicas y científicas que les habían negado el camino que ahora reafirmaban en cada paso que daban. Rompieron la barrera que acaso nunca existió. Quién sabe… Parecía que quisieran demostrar que el equilibrio soñado de la entropía fuera cierto, y puede que en algún momento lo consiguieran, justo cuando más separados estaban... Ahí debieron parar pero, codiciosos, siguieron andando hacia delante, sin mirar atrás, sin pensar que nunca se puede andar en una línea recta infinita, ni paralela a otra, ni opuesta, por el simple hecho de que no existen... Sin quererlo ni saberlo, a cada paso que daban, estaban más cerca el uno del otro, caminando sobre una imperceptible, lenta y perversa curvatura que los ha vuelto a unir y, que definitivamente, va haciéndose menos flexible y más perpetua.

45 comentarios:

CRISTINA dijo...

Sin palabras me dejan tus escritos.

Saludos.

Strawberry Roan dijo...

Un beso, cosmonauta ingrávida...

NEKI dijo...

será que lo físico no es todo... y estarán unidos siempre porque existe el alma, algo que aún no tiene un concepto exacto, pero que sabemos que está, es la esencia del cuerpo, que pudo ser bipolar en un momento pero siempre fue una. un beso grande mi querido straw!

pon dijo...

Porque todos andamos dando vueltas a una Moebius absurda que nos hace ir y venir siempre por el mismo camino......y porque ni siquiera podemos caer por el borde......y porque una no puede separarde se su propia sombra y de su propio reflejo.....

Juer qué mal rollito.

Marga dijo...

Que yuyu me ha dado leerte hoy, puñetas!!!

No me entra en la cabeza que puedan odiarse tanto dos seres que están unidos para siempre, que noooo.

Un poco diabólico si que está el relato...

Besitos

Strawberry Roan dijo...

neki:
por supuesto que lo físico no lo es todo. Lo que pasa es que eso otro que tu llamas alma campa a sus anchas sujeta a en nuestros corazones con un fino hilo de plata: es como una cometa de sentimientos...
Un besico

Strawberry Roan dijo...

pon:
Será por lo que dices. Será porque no hay nada exacto. Será porque no existen dioses. Será porque lo sufrido, lo llorado o el mal, son mucho más exactos que la felicidad. Será porque la entropía de los sentimientos es una quimera...

Strawberry Roan dijo...

marga:
Te aseguro que sí pueden odiarse así. Es lo que pasa por creernos siempre únicos.
No sé por qué te ha dado yuyu leer Duplicados, a mí me parece de lo más divertido. ¡Con lo alegre y ameno que es el texto! jeje ;)

Anónimo dijo...

El triángulo perfecto entre sus dos cornamentas...
Preciosa foto, Straw, ¿son alces?

Strawberry Roan dijo...

brokemac:
No, no son alces. Son ciervos o algo parecido, no recuerdo. En realidad es uno solo, la foto está retocada (¿te gusta cómo ha quedado?). La hice este verano en el museo de historia natural de Denver, Colorado. También tengo una foto de un alce, que tarde o temprano saldrá por aquí, no te impacientes.
Las banderas de Jordania y Syria son requetepreciosas. ¿Cómo lo has pasado? Tendremos que hablar pronto para que me cuentes.
Besos

Efter dijo...

Es genial esta historia, Roan. Me ha encantado. Espero que consigan por lo menos caminar en diferentes paralelos del orbe y así pasarán cerca, pero sin chocar :D

Strawberry Roan dijo...

efter:
Tu idea es muy buena, pero ya deberías saber que dos lineas infinitamente paralelas son imposibles, por el simple hecho de que no existen. Nada, nada, sólo les queda sufrir, jeje...
Un abrazo

Juana Macías Moreno dijo...

Precioso relato.Se lee del tirón y la curiosidad te sigue hasta el final.Es triste como la vida, sin esperanza caminando sobre la perversa curvatura.
Un abrazo.

Strawberry Roan dijo...

lunaazul:
Bienvenida. Me alegra que te haya interesado el relato. Sí, es triste y quizás un poco pesimista, pero ¿por qué no? A todos nos cuesta salir de nuestra rutina y siempre volvemos a un punto en donde creemos estar acomodados. Somos como los juncos. Dejamos que el viento lleve nuestros sentimientos hacia otros lares, pero no siempre hay viento, y entonces permanecemos varados en el mismo sitio de siempre...
Espero volverte a ver por aquí.
Un abrazo

Capri c'est fini dijo...

Sin palabras me deja el mundo de los siameses... va más allá de cualquier situación personal incluso de la extrañeza de reconocer tu cara en otro de los gemelos. Y salvo las lógicas incomodidades de la vida, dudo mucho que unos siameses quieran ser separados e incluso separados, como éstos necesitan vitalmente vivir unidos. Un abrazo.

Javier dijo...

Dos vidas un único cuerpo, una sentencia a cadena perpetua, una imposibilidad de huir, la aniquilación y destrucción de aquello que consideramos único nuestra identidad como individuos únicos y libres.
Es un tema que siempre me ha provocado un cierto desasosiego aunque lo plateas de una forma bastante ligera, veo que no tenías ganas de angustiarnos demasiado. Jejejejejeje, se agradece.

Strawberry Roan dijo...

capri:
Puede que tengas razón en lo que dices, no seré quien lo niegue, pero la exclusividad, la individualidad, la privacidad o la sexualidad, por poner unos ejemplos, dejan su estado natural para pasar a un nivel insano o diferente. Nos creemos únicos. Yo soy único. Tú eres único. Pero, ¿y ellos?
Un abrazo

Strawberry Roan dijo...

pe-jota:
Ya he dicho anteriormente que era un texto muy alegre y distendido. Ya lo dices tú: "Dos vidas un único cuerpo, una sentencia a cadena perpetua, una imposibilidad de huir, la aniquilación y destrucción de aquello que consideramos único nuestra identidad como individuos únicos y libres."
De lo más alegre...

Anónimo dijo...

Sabes qué es lo más curioso de todo esto?? Que no necesitamos ser siameses para sentir que somos uno con otra persona y odiarnos y amarnos tanto a la vez...

Muy realista...precioso...

Strawberry Roan dijo...

la maga:
Exacto, el camino para encontrarse a uno mismo puede llegar a ser de lo más complicado y tortuoso. Muchas veces, cuando nos queremos tanto, no nos damos cuenta de que nos amamos porque no estamos plenamente conscientes de que en el fondo nos odiamos u odiamos ciertos aspectos de nosotros que nos empeñamos en enterrar para seguir siendo inconscientemente felices.
Bienvenida

Anónimo dijo...

Felicidades por sus post y su blog fantásticas ilustraciones me gusto mucho perderme por su blog. muchas gracias.
Reciba un cordial saludo.

Strawberry Roan dijo...

naturline:
Pues muchas gracias a ti (¿o debería decir usted?). Espero que vuelvas (vuelva) a perderte (perderse) por aquí. Yo, encantado.
Un abrazo

cristina dijo...

No sé si me gusta más tu texto o tus comentarios a las eruditas observaciones.
Siempre que paso por aquí me toca pensar.

(cristina, la no tan jóven)

Strawberry Roan dijo...

cristina (la menos joven):
Eso eres tú, que me lees con buenos ojos. De eso se trata, de pensar. ¿Por qué nos da tanto miedo pensar? Quizás nos demos cuenta que las verdades, o lo que creemos que es verdad, o lo que descubrimos, nos hace daño o nos perturba o nos convulsiona.
Mañana, llevadme en vuestros corazones...

Homo-Sapiensis dijo...

Creo que todos nosotros tenemos un "duplicado", un alma gemela, y que incluso incoscientemente no paramos de buscarlo... peor también dentro de nosotros hay multiples caras, que se enfrentan, a pesar de formar parte de uno solo... Tu reflexión, da mucho que pensar en cuanto a las dualidades, no sólo fuera, sino dentro de nootros también. Muchas gracias por tus visitas amigos y comentarios. Un abrazote

Strawberry Roan dijo...

Homo-sapiensis:
Que bien hablas, jodío. Es que las personas somos la mar de complicadas. ¿Realmente queremos encontrar a nuestra alma gemela o queremos más bien no encontrarla y seguir siendo falsamente únicos?
No me des las gracias; gracias a ti por visitarme y por tus comentarios.

Yo también te mando otro abrazote virtual.

Arquitecturibe dijo...

Lo curioso es que mientras unos saludan señoras desde ahí hasta lima, otros saludamos estrellas en galaxia lejanas... pero siempre nos encontramos... siempre nos disfrutamos.
Gracias por tan delicioso escrito
saludos.

Strawberry Roan dijo...

dark angel:
Gracias a ti por encontrarme desde tu galaxia lejana. Yo te reencontraré allí...
Y yo te saludo desde Barcelona...

brokemac dijo...

Straw, estoy echa un lío conmigo misma. A ver, todos los comentarios de esta entrada salen en azul y el mío es el único que sale en negro más arriba.
Ahora, que he cambiado de color y he perdido parte de la identidad que me daba el anterior nombre y que me hacía (aunque falsamente) única, ya no sé si soy un duplicado de la de antes (como en tu linda foto de... ¿ciervos?) o ya no soy la misma.
En fin, que me hacía ilu aparecer por aquí.

brokemac dijo...

uuuyyy, "echa" sin h...

@ELBLOGDERIPLEY dijo...

¡Qué textazo! Me ha encantado.
Recuerda un tanto al Cronemberg de "Inseparables", pero también esas pelis de Marisol ó de la Abril que hacen de gemelas.
Misteriosa cosa, la indagación del mundo un poco bivitelino y misteriosos y apasionantes seres siempre en tus entradas.
Besotes.

Anónimo dijo...

Muy bello escrito, una historia fascinante que transmite la realidad humana, aunque un poco compleja para mi bajo nivel, pero genial en si misma. Un abrazo

Anónimo dijo...

Mmmmm, un beso (y ya de paso oigo tu música)

enero20 dijo...

Después de tanta filosofía expuesta, mi media neurona solo dá para decirte que me ha gustado tu historia, que no ha sido tan “difícil” como otras que has contado.
A mí personalmente, tus duplicados me han llevado a la vida de una pareja, que frivolidad no?
Disfrutar de una vida sin conocerse, de pronto un día se encuentran, piensan que han encontrado a su media naranja, que va a ser para todo la vida, porque el acoplamiento y el giro es tan perfecto como las agujas de un reloj suizo, empiezan a compartir y beber del zumo que producen.
Pero el tiempo avanza y de pronto una mañana se miran el uno al otro y sin mediar palabra se dan cuenta que se odian y que ya nada es como antes, pero siguen un día y otro desayunando juntos, acumulando cafés con mala leche y zumos ácidos, atrapados en la bonita cocina que ellos mismos diseñaron.
Al igual que tus siameses, un día deciden emprender caminos opuestos y llegados a este punto "mis duplicados" pueden hacer dos cosas:
- Separarse definitivamente y seguir buscando a otro duplicado que gire en su mismo sentido y sentarse en otra cocina a tomar té, porque terminaron hasta el moño de cafeína.
- Seguir tomando cafés amargos y zumos agrios que les dañaran el hígado y odiándose mutuamente, pero ninguno se aventurará a separarse definitivamente porque les entrará el pánico a caminar por separado y por siempre jamás seguirán diciéndose "te quiero" .

Pienso que has sido cruel con los tuyos, les das libertad para andar por separado y cuando más felices creen ser, los vuelves a atar de pies y manos.
Ya lo dijo Segismundo encerrado en la torre:
“¿Qué es la vida? Un frenesí.
¿Qué es la vida? Una ilusión, una sombra, una ficción, y el mayor bien es pequeño; que toda la vida es sueño, y los sueños, sueños son.”

(Mi Straw, siento que me haya quedado tan largo, prometo que la próxima vez no divagaré tanto, pero como desde el 26 de octubre no dás palo al agua, pues........)

CRISTINA dijo...

¿también has estado en Denver?

Me encanta la gente que viaja.
Es más, no entiendo al que lo puede hacer y no lo hace...esos que miran el mundo sin pisarlo...

Saludos

Strawberry Roan dijo...

brokemac:
En azul o en negro, con hache o sin ella, sola o duplicada, ilusionada o desilusionad... Te quiero igual, pues una cosa es segura: nunca perderás tu identidad.

Strawberry Roan dijo...

Ripley:
Puestos a elegir, prefiero que te recuerden a las pelis de Cronemberg como la que citas o "Spider", o a las últimas de Lynch...
Besote

Strawberry Roan dijo...

Jabyjack:
¡Me niego a que digas que tienes un bajo nivel! No es cierto y lo sabes. Si no te conociera, pues vale, pero te conozco, pillín...
Me encanta que pases por mi blog. Ven más a menudo!!!

Strawberry Roan dijo...

cristina:
No sólo recojo tu beso, sino que lo siento... La música, toda tuya...

Strawberry Roan dijo...

enero20:
Veo que tu media neurona ha dado mucho de sí. La has puesto a trabajar a toda máquina. De todas maneras, no creo que otras de mis historias o relatos sean más o menos difíciles que Duplicados. Normalmente (que no siempre) nunca busco escribir un cuento con una estructura ideológica preestablecida o lineal. Me salen así. Yo sí sé lo que en el fondo quiero decir o transmitir, aunque reconozco que muchas veces son ambiguos (aposta o no) y con la posibilidad de múltiples lecturas para quien los lea. Hay veces que coincide y otras, no, lo que me lleva a pensar que nunca hago cuentos perfectos. De todas maneras, me consuela el que haya muy pocos cuentos perfectos. El día que consiga uno así, tendré mucho miedo y es posible que me suicide.
Que personalmente, el relato de Duplicados te haya llevado a la vida de una pareja, no me parece en absoluto una frivolidad. Es más, me parece muy acertado. De las dos cosas que propones que podría hacer esta pareja, me parece más sano que hicieran la primera propuesta, ¿no te parece?
"Mis duplicados" no hacen ni la una ni la otra, más bien los junta el destino (si es que existe). Yo no soy cruel, créeme, es el destino, el azar... o mis genes. Pero, ¿qué puedo hacer si ya soy así? ¿Hay alguna pastilla para suavizar los pensamientos?

No me parece que tu comentario haya sido largo. Al contrario, me ha parecido perfecto y muy jugoso.

Un abrazo tierno como una magdalena de Proust,

Tu Straw

Strawberry Roan dijo...

cristina (batiscafo katiuscas):
Sí, he estado en Denver (tres veces).
Viajar es una de las cosas que no podría vivir sin ellas.

Besos

enero20 dijo...

Vaya charla que me has metido!!!!!
No conozco ninguna pastilla que suavice los pensamientos.
Me ha gustado mucho tu abrazo proustiano, eso sí que me daría para hacer un extensísimo comentario!! Si es que eres como un niño!!!

Tu enero

Sabes que palabra me ha salido para verificar? realist

devezencuando dijo...

Muchas veces queremos escapar de nuestro destino pero, inevitablemente, corremos hacia el...

Strawberry Roan dijo...

enero20:
Sí, todavía intento ser un niño, pero me cuesta. No sé cuánto más podré resistir...
realist me parece una palabra fantástica para verificar y me encanta que te haya salido.
La magdalena de proust tiene un pequeño mordisco. Tan pequeño como el mordisco de la boca de un niño.

Besitos

Strawberry Roan dijo...

devezencuando:
Sí. Y unas veces es bueno y otras es malo. Pero así es el destino: incontrolable.

Abrazos